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Si cada vez que dijeras «no tengo tiempo» el día se alargara una hora... no dejarías de hacer y hacer.

Tú tú tú tú tú tú 

Tú tú tú tú tú tú 

lo intentas y lo intentas pero por más que incorporas pequeños cambios la sensación al final del día es la misma: «no me da la vida».

encontrar un momento no es solo cuestión de horas en el reloj, ni si quiera de motivación o ganas. No se trata de ‘si quiero, puedo’, sino de reconocer que ‘quiero, pero a veces no puedo’… y está bien.

El cansancio y la culpa te roban la energía para hacer frente a todo eso que te ahoga. Y tú venga a pelearte contigo, como si estuviera bajo tu control.

Así que yo le pregunto a esa vocecilla que te habla de fondo:

¿De verdad es una cuestión de tiempo cambiar aquello que anhelas?

Después de muchos años tengo clara mi respuesta: NO.

¿Y si…? La Newsletter de Blanburi

UNA PAUSA REFLEXIVA PARA ESCUCHAR TU VOZ

Vivimos en una cinta transportadora, yendo a un ritmo más acelerado del que somos capaces de gestionar. Además, como si esa cinta estuviera en una discoteca con la música al máximo volumen.

Así es imposible pensar ni encontrar la manera de «pausar el tiempo» y sentirnos en paz. O al menos, sin esa sensación permanente de que algo fundamental sigue faltando.

Ruido fuera y ruido dentro: la obra enfrente de casa, el problema en el trabajo, el niño que grita, la vocecita interior juzgándote por todo…

¿Lo peor? Nos hemos acostumbrado.

Nos hemos acostumbrado al ruido y a la frasecita «no me da la vida».

Y así, sin parar, es imposible pensar con claridad, por mucho que lo intentemos.

Y buscas fuera lo que se esconde dentro.

¿La verdad?

No tengo la solución definitiva para ayudarte a tener una vida más pausada.

 

Tampoco para convencerte de que el trabajo no lo es todo, porque eso ya lo sabes. Igual que sabes que el sujetador es incómodo pero nos convencieron de que lo necesitábamos.

Y no sé cómo callar esa vocecita interior. Esa que te habla sin parar, aunque de tantas cosas que te chilla ya solo sabes que no sabes nada…

Ni mucho menos tengo el remedio para que no te de miedo comprometerte con esa cosa que te apetece pero no sabes si podrás cumplir por falta de tiempo.

Ya me gustaría.

El ciclo sin fin. Infinito. Cansancio. La ansiedad que sube por las paredes y las ganas que van y vienen. El dolor en el pecho. Tozudez. Yo puedo, pero... Yo puedo, sin embargo... Yo puedo, aunque... Infinitamente. Conjunciones adversativas. La respiración haciéndose un hueco en el sube y baja del estómago. El aire que casi llega a llenar tus pulmones, pero... Otro pero. Otra adversativa. El ciclo sin fin. Me quiero, no me quiero...

Lo que sí sé es cuestionar todo y a todas. Por supuesto, a mí la primera. Tanto que hasta en el instituto me pusieron en una fiesta de fin de curso ‘Miss ¿Y si…?’. Y, desde entonces, encuentro refugio y paz en este preguntar y preguntarme. Y yo te pregunto:

¿Y si te permitieras un momento para salir de esa rueda de hámster invisible?

Solo un momento, sin ninguna pretensión mayor que dejar que el silencio hable.

Y ahí, justo ahí:

¿Y si dejas que las respuestas te encuentren?

Y dejas que el silencio hable. Y te escuchas. Y te preguntas. Y encuentras una respuesta.

Esta es una invitación a una pausa genuina.

Ese momento en el que conectas contigo y una voz te dice: «respira».

Y tú, después de resistirte —porque es incómodo, claro que sí—, paras y respiras.

¿Y si…? La Newsletter de Blanburi

NO ES OTRA SOLUCIÓN PREDETERMINADA

ES UN MOMENTO

PARA REFLEXIONAR.

Ese momento para reflexionar sobre esas cuestiones del día a día que todas sentimos, pero que a menudo no sabemos identificar, cómo expresar o con quién compartir.

Te confieso que he perdido la cuenta de cuántos ‘¿Y si…?’ he pronunciado y/o pensado.

Desde luego, de muchas pausas y momentos incómodos nace la idea de escribir este proyecto.

Soy Blanburi 

Soy Blanburi 

y escribo para reconciliarme con quien soy cada día. Y, desde ahí, vivir más en paz y con menos látigo.

Llevo años escribiendo a escondidas.

Publicando aquí o allá, siempre con la vergüenza y sin querer realmente que me vieran.

Soñando con ser escritora sin creer realmente que yo podía ser una de ellas.

Intentando disimular y ocultar que el idioma que yo entiendo es el de las palabras y las emociones.

Te cuento 3 decisiones importantes:

  • Estudié periodismo porque quería contar historias.
  • Hice terapia porque necesitaba que todas mis “YO” se reconciliaran.
  • Escribo porque sé todo lo que se mueve con las palabras. Son el vehículo para movernos de lugar y que todas seamos más independientes, más conscientes y, por supuesto, más libres.

Tampoco quiero confundirte o engañarte.

No tengo estudios en psicología, coaching ni similares.

Este espacio no es un lugar al que acudir para tratar psicológicamente tus conflictos internos. 

Aquí reflexionamos. Lo hacemos a través de pequeñas piezas de autoficción con su pizca siempre de ensayo. Es la literatura la que nos mueve de lugar. Y sí, con el tiempo tiene sentido que las pequeñas reflexiones se conviertan en pequeños cambios que nos ayudan a vivir con más coherencia y menos sensación de que la vida pasa sin que hagamos nada. Pero lo que pasa después del ‘¿Y si…?’ es algo muy íntimo de cada una.

Yo solo ofrezco el punto de partida.

Y no te pregunto nada que no me haya cuestionado yo antes.

¿Y si dejo de dar por hecho que porque algo se repita y sea “lo normal” no tiene por qué ser así para mí?

¿Y si suelto un poquito a Doña Perfecta y reconozco que equivocarme no es lo peor que me puede pasar?

¿Y si dejo de pensar en escribir y escribo?

¿Y si reconozco que mi sensibilidad es una cualidad motor para mí y para otras personas?

¿Y si dejo de avergonzarme de mi capacidad para ver más allá de lo superficial?

¿Y si me permito comprobar cómo es esto de ser la persona que quieres ser?

Qué vas a encontrar en la Newsletter ¿Y si…?

Al entrar lo primero que vas a asistir es a mi funeral. 

Después…

Cada domingo escribo 777 palabras en movimiento

Sí, exactamente esas palabras, las puedes contar.

Son pequeñas piezas de autoficción que invitan a la reflexión.

Y claro, no es que correteen las letras de un lugar a otro por tu móvil u ordenador, aunque sí espero que te hagan a ti moverte de lugar.

De una idea a otra. ¿A dónde? Solo tú tienes la respuesta.

¿Qué sentido tiene si no la literatura?

Cada primer sábado del mes escribo la reseña menos reseña del mundo

Un texto en el que no manda lo mucho o poco que me ha gustado un libro, su número de páginas, la atmósfera ni el desarrollo de la obra o los personajes.

3, 2, 1… huyendo de Goodreads y similares cuentas de ‘bookstagram‘.

Se parece más a un diario de viaje o una crónica en la que te cuento dónde me ha llevado la lectura.

Puede que lo haga con mi voz propia o me invente un personaje extra en el libro… quién sabe.

La única regla es que no hay regla.

Por si te preguntas sobre qué voy a escribir exactamente:

Piezas de autoficción con una pizca de ensayo 

Piezas de autoficción con una pizca de ensayo 

Estos son algunos temas sobre los que reflexiono muchísimo y que me interesa explorar más allá:

Son solo ejemplos, no son titulares de los próximos textos ni temas cerrados pero así ves un poco qué ronda por mi mente.

Son temas que afectan a nuestra cotidianidad en su mayoría.

Yo solo te prometo una cosa: explorar todos los “y si…” que lleguen a mí.

  • La delgada línea que separa el “tengo que” del “debería…”.
  • Por qué somos incapaces de discutir solo sobre una cosa.
  • Qué pasa con el feminismo.
  • ¡Los pelos! Sí, ¿por qué nos depilamos y por qué no?
  • Uhhh. También tengo muchas ganas de escribir sobre los audios, las reacciones con iconos y las nuevas maneras de comunicarnos.
  • El miedo a la exposición y qué hay verdaderamente detrás.
  • La mediocridad y su mayor rival: la perfección.
  • Todas mis amigas son madres, ¿y yo?
  • El terror que tenemos a decepcionar a alguien aunque eso suponga decepcionarnos a nosotras mismas.
  • Las etiquetas y sus luces y sombras.
  • El miedo a decir lo que pensamos por si nos cancelan.
  • ¿Y si hago lo que siempre quise hacer y fracaso?
  • La importancia de tomar decisiones para recargar pilas.
  • ¿Perdón? Estoy cansá de pedir perdón como resorte automático.
  • He conseguido parar, ¿y ahora qué?

¿Para qué leerme a mí?

testimonios lectoras blanburi

Y ya, para terminar:

Cuestiones técnicas y otras preguntas

¿Dónde te leo?

La Newsletter está en Substack. Es una plataforma en la que cada vez llegan más personas cansadas de las prisas de las redes sociales. Aunque también es una red social en la que podemos charlar en comentarios y mensajes privados.

Está pensado para que escritoras y lectoras se encuentren.

Pero, pero, peeeeeeeeeero.

Si no te interesa mucho no necesitas ni tener instalada la aplicación porque al suscribirte desde cualquier botón de esta página los textos te llegarán directamente a tu bandeja de entrada.

Para una experiencia de lectura en la que poder interactuar, regalar likes y dejar comentarios, además de funciones de audio y comunidad, entonce sí, necesitarás la App de Substack.

¿Es gratis?

El texto 777 PALABRAS EN MOVIMIENTO de los domingos y la reseña menos reseña del mundo mensual están abiertos y son gratuitos.

Solo tienes que suscribirte para poder leerlos.

Sin embargo, es importante que sepas que en breves cerraré una parte de esta newsletter y será de pago pero mientras ese momento llega… disfruta.

 

¿Y si me aburre?

Si te aburres pues cancelas la suscripción.

De hecho, he disfrutado escribiendo la página de cancelación y si llegas a ella algún día porque me vuelvo ruido te doy las gracias y la enhorabuena por desuscribirte.

Así que… sí, puedes darte de baja cuando quieras.

Y volver cuando quieras.

¿Necesito mucho tiempo para leerte?

Mi madre dice que ella lee muy lento pero recientemente ha descubierto que lo que le pasa es que lo que leía no la atrapaba. Y es que ha sido coger 2 libros que le hablaban directamente a ella y leérselos en 2 días.

Así que la cuestión del tiempo es muy personal.

Eso sí, yo no voy a sumar páginas y páginas a tus pendientes.

El contenido mensual son 5 textos.

4 de ellos de 777 palabras. Menos de dos folios si los imprimieses.

En mi cálculo: un café tranquilo de diez minutos a la semana.

Bienvenida a esta pausa reflexiva que abre infinitas posibilidades 

Bienvenida a esta pausa reflexiva que abre infinitas posibilidades